A él, el que me impusieron como hermano


Que igual podría ser el tuyo.

Yo no pedí un hermano.

Yo estaba bien sola.

¿A quién se le ocurrió esa brillante idea de meterle a los niños en la cabeza la necesidad de tener un hermano? y de paso hacerles creer que esto mejorará sus vidas, les enseñará a compartir, a amar, desarrollará su empatía y les brindará un compañero inseparable.

Nunca había visto un guión tan malo.

Pero lo peor es que esa novelita barata se ha vendido por todo el mundo. Y ni pensar de esos que no tienen uno, sino mucho.

¿Te dije que mi mamá es la menor de 14 hermanos? 

Una locura ¿no? Yo no sé en qué estaba pensando mi abuela.

Cuando tenía dos años y cuatro meses la gigante barriga de mi mamá desapareció y a cambio llegó a casa un pequeño cuerpo arrugado, llorón y comelón que se llevaba la atención de todos, que parecía necesitar a mi mamá más que yo, generar más ternura, llorar más duro y por alguna razón, él sí merecía estar en su habitación. Mi hermano.

[Yo no pedí esto] estoy segura.

Además me intentaban manipular con psicología barata, argumentando que yo debía cuidarlo, que debía amarlo, que él jugaría conmigo más adelante. No alcanzan a imaginar las veces que discutimos por sus formas de jugar con mis Barbies [sí, soy del 82 y por esa época las Barbies eran la tendencia].

Para mi desgracia el [bebé llorón] resultó ser más tierno que yo, más lindo que yo y obviamente más gracioso que yo.

Resultó además ser [mi talón de Aquiles]. Estoy segura de que es un castigo, y bien merecido que lo tengo.

Terminamos siendo tan diferentes el uno del otro.

Él ama las multitudes y yo la soledad.

Grita para al hablar y yo hablo tan bajo que no me hago escuchar.

Es inteligente y ágil al pensar, yo necesito mi tiempo.

Resuelve los problemas con calma y seguridad mientras que a mi las dudas no me dejan pensar.

Pero pasaron los años y por razones que quizá te explicaré más adelante, porque ahora mismo no quiero hacerlo, él [ mi hermano ] y yo desarrollamos una conexión tan fuerte que podemos leernos con una mirada, no hace falta hablar para saber que nos necesitamos, nos apoyamos sin tener que estar de acuerdo, nos entendemos y reconocemos en el otro y sobre todo [en mis 39 años y un mes y sus 36 años y 9 meses] nunca hemos ido a dormir estando molestos con el otro, porque sabemos que esto sería una misión imposible. Y somos más de elegir misiones con alta posibilidad de solución.

P.D.: Si alguien me conoce y comprende sin necesidad de abrir mi gran boca eres tú. Viste eso que nadie vió y aún sin saber cómo encontraste una forma de tratarme y te convertiste en mi gemelo con un par de años y unos meses de retraso en la barriga.


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