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La gota que derramó el vaso.
Francisco, este tampoco es para ti. Es un reto que tengo desde hace tiempo. No pretendo que esto te guste, ni que te atrape. Es más bien un desahogo. Una necesidad latente de comunicarme y sacar a flote lo que toma vida en mi cerebro. Aunque lo intento no logro recordar cómo fue que la…
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Un cortocircuito que duró lo que tenía que durar
Esta no es para ti Francisco, es para una amiga fugaz. Me siento Alejandro Sanz pidiendo disculpas en la canción [Amiga mía] justo en la parte que dice [Yo quiero regalarte una poesía, tú piensas que estoy dando las noticias…esta es mi manera de decir las cosas, no es que sea mi trabajo es que…
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A ella, «la que se hace llamar mi madre»
Que igual podría ser la tuya. Quizá aquella era la peor noche de su vida, acababa de darse cuenta que sin previo aviso, ahora tendría que ser responsable de otra vida. Sin siquiera serlo al 100% de la suya, resulta que en su interior crecía un organismo al que tendría que llamar hija. ¿Hija?, ¿Qué…
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A él, el que me impusieron como hermano
Que igual podría ser el tuyo. Yo no pedí un hermano. Yo estaba bien sola. ¿A quién se le ocurrió esa brillante idea de meterle a los niños en la cabeza la necesidad de tener un hermano? y de paso hacerles creer que esto mejorará sus vidas, les enseñará a compartir, a amar, desarrollará su…
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A mi, con quien estoy destinada a vivir
Que igual podrías ser tú. A mi, estas serán las hojas más difíciles de escribir y no precisamente porque hablen de mí, porque si algo sé hacer es describirme. Recuerdo que en mi tercera cita con el psicólogo en Colombia [ese fue el tercer país donde viví luego de salir de Venezuela] me dijo que…
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A ti, mi hijo.
Hola Francisco, esta es la carta de la que te hablé. Te veo, allí estás luchando con tus propios demonios, los cuales sin ser ajenos a los míos quedan muy por fuera de mi alcance. Te debates entre dejarlos fluir o cuestionarlos hasta llevarlos al punto en el que abandonen la guerra. Una guerra que…
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Las reglas del juego podrían cambiar.
Francisco, así fue como me sentí, te lo quería contar. No quería jugarese juego, es verdad. Pero no quería irme, quería quedarme a mirar. ¿Por qué no quería jugar? Bueno, son muchas las razones. Intentaré contarlas sin desviarme en el camino. Odio los juegos que tienen tantas reglas que dejan de ser divertidos, de reglas…