Francisco, este tampoco es para ti. Es un reto que tengo desde hace tiempo.
No pretendo que esto te guste, ni que te atrape. Es más bien un desahogo. Una necesidad latente de comunicarme y sacar a flote lo que toma vida en mi cerebro.
Aunque lo intento no logro recordar cómo fue que la conversación tomó aquel giro, pero sí recuerdo con claridad la imagen que me llevó a pensar en un manantial, esa no la puedo borrar de mi mente.
La verdad no fue en un manantial en lo primero que pensé, más bien fue en la diminuta pero potente gota que logra abrirse espacio entre las piedras para dar señales de humedad. En esa gota que se hará corriente cuando tenga la fuerza suficiente para brotar al exterior.
Una gota cargada de significado y de sentido.
Para algunos es vida, para otros peligro.
Energía y riesgo.
Una gota, que para mí representó el atrevimiento de dejarse fluir sin miedo y con confianza, una sensación de seguridad que solo ocurre cuando la barrera de lo desconocido se ha roto.
P.D.: hay gotas inesperadas que fácilmente te cambian la vida.